Mas ¡ay SeñO!, que yo me veo oprimido por mis vicios, y cargado con mis culpas y pecados, y no puedo levantarme sin los poderosos auxilios de la divina Agudeza, y sin el atención de vuestro cariñoso socorro. 2 Lágrimas de temor por los propios pecados. Son las de los https://williamo239hlo0.madmouseblog.com/profile