Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la https://nikolasxugv671330.blogunteer.com/37347594/así-fue-el-impacto-del-cabezazo-de-zidane-en-el-mundial